Martín Fierro – Canto X – José Hernández (1834-1886)


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CRUZ

Amigazo, pa sufrir
Han nacido los varones-
Estas son las ocasiones
De mostrarse un hombre juerte,
Hasta que venga la muerte
Y lo agarre á coscorrones.

El andar tan despilchao
Ningun mérito me quita,
Sin ser una alma bendita
Me duelo del mal ageno:
Soy un pastel con relleno
Que parece torta frita.

Tampoco me faltan males
Y desgracias, le prevengo,
Tambien mis desdichas tengo,
Aunque esto poco me aflige-
Yo sé hacerme el chancho rengo
Cuando la cosa lo esige.

Y con algunos ardiles
Voy viviendo, aunque rotoso,
A veces me hago el sarnoso
Y no tengo ni un granito,
Pero al chifle voy ganoso
Como panzon al maiz frito.

A mi no me matan penas
Mientras tenga el cuero sano,
Venga el sol en el verano
Y la escarcha en el invierno-
Si este mundo es un infierno
¿Porque afligirse el Cristiano?

Hagámosle cara fiera
A los males, compañero,
Porque el zorro mas matrero
Suele cair como un chorlito;
Viene por un corderito
Y en la estaca deja el cuero.

Hoy tenemos que sufrir
Males que no tienen nombre
Pero esto á naide lo asombre
Porque ansina es el pastel;
Y tiene que dar el hombre
Mas vueltas que un carretel.

Yo nunca me he de entregar
A los brazos de la muerte-
Arrastro mi triste suerte
Paso á paso y como pueda-
Que donde el débil se queda,
Se suele escapar el juerte.

Y ricuerde cada cual
Lo que cada cual sufrió,
Que lo que es, amigo, yo,
Hago ansi la cuenta mia:
Ya lo pasado pasó,
Mañana será otro dia.

Yo tambien tuve una pilcha
Que me enllenó el corazon-
Y si en aquella ocasion
Alguien me hubiera buscao-
Siguro que me habia hallao
Mas prendido que un boton.

En la güella del querer
No hay animal que se pierda-
Las mujeres no son lerdas-
Y todo gaucho es dotor
Si pa cantarle al amor
Tiene que templar las cuerdas.

Quien es de una alma tan dura
Que no quiera a una mujer!
Lo alivia en su padecer:
Si no sale calavera
Es la mejor compañera
Que el hombre puede tener.

Si es güena, no lo abandona
Cuando lo vé desgraciao,
Lo asiste con su cuidao
Y con afan cariñoso
Y usté tal vez ni un rebozo
Ni una pollera le ha dao.

Grandemente lo pasaba
Con aquella prenda mia-
Viviendo con alegria
Como la mosca en la miel-
¡Amigo, que tiempo aquel!
La pucha -que la queria!

Era la águila que á un arbol
Dende las nubes bajó,
Era mas linda que el alba
Cuando vá rayando el sol-
Era la flor deliciosa
Que entre el trevolar creció.

Pero, amigo, el Comendante
Que mandaba la milicia,
Como que no desperdicia
Se fué refalando á casa,-
Yo le conoci en la traza
Que el hombre traiba malicia.

El me daba voz de amigo
Pero no le tenia fé-
Era el Gefe y ya se vé
No podia competír yo-
En mi rancho se pegó
Lo mesmo que saguaipé.

A poco andar conocí-
Que ya me habia desvancao,
Y él siempre muy entonao
Aunque sin darme ni un cobre
Me tenia de lao á lao
Como encomienda de pobre.

A cada rato, de chasque
Me hacia dir á gran distancia,
Ya me mandaba á una estancia,
Ya al pueblo, ya á la frontera-
Pero él en la Comendancia
No ponia los pies siquiera.

Es triste á no poder mas
El hombre en su padecer,
Si no tiene una mujer
Que lo ampare y lo consuele:
Mas pa que otro se la pele
Lo mejor es no tener.-

No me gusta que otro gallo
Le cacarée á mi gallina-
Yo andaba ya con la espina,
Hasta que en una ocasion
Lo sorprendí en el jogon
Abrazandome á la china.

Tenia el viejito una cara
De ternero mal lamido,
Y al verlo tan atrevido
Le dije -Que le aproveche
“Que habia sido pa el amor
“Como guacho pa la leche.”

Peló la espalda -y se vino
Como á quererme ensartar,
Pero yo sin tutubiar
Le volví al punto á decir:
“Cuidao no te vas á pér…tigo
“Poné cuarta pa salir”

Un puntaso me largó
Pero el cuerpo le saqué,
Y en cuanto se lo quité
Para no matar un viejo,
Con cuidao, medio de lejo,
Un planaso le asenté.

Y como nunca al que manda
Le falta algun adulon-
Uno que en esa ocasion
Se encontraba alli presente,
Vino apretando los dientes
Como perrito mamon.

Me hizo un tiro de revuelver
Que el hombre creyó siguro,
Era confiado y le juro
Que cerquita se arrimaba-
Pero siempre en un apuro
Se desentumen mis tabas.

El me siguió menudiando
Mas sin poderme acertar,
Y yo, dele culebriar,
Hasta que al fin le dentré
Y ay no mas lo despaché
Sin dejarlo resollar.

Dentré á campiar en seguida
Al viejito enamorao,
El pobre se habia ganao
En un noque de lejía-
¡Quien sabe como estaria
Del susto que habia llevao!

Es sonso el cristiano macho
Cuando el amor lo domina!-
El la miraba á la indina
Y una cosa tan jedionda,
Sentí yo, que ni en la fonda
He visto tal jedentina.

Y le dije “pa su agüela
“Han de ser esas perdices”
Yo me tapé las narices
Y me salí estornudando
Y el viejo quedó olfatiando
Como chico con lumbrices.

Cuando la mula recula
Señal que quiere cosiar-
Ansi se suele portar
Aunque ella lo disimula,
Recula como la mula
La mujer para olvidar.

Alcé mi poncho y mis prendas
Y me largué á padecer
Por culpa de una muger
Que quiso engañar á dos-
Al rancho le dije adios
Para nunca mas volver.

Las mugeres, dende entonces,
Conoci á todas en una-
Ya no he de probar fortuna
Con carta tan conocida:
Muger, y perra parida,
No se me acerca ninguna.